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Relación entre gatos y niños

Relación entre gatos y niños - Animalear

Tener una mascota en casa aporta grandes beneficios tanto para mayores como para pequeños. El niño normalmente cuando es más mayor pide una mascota para jugar, aunque luego debe ser lo suficientemente responsable para su perfecto cuidado.

La relación entre gatos y niños es especial. El gato es muy curioso, de manera que irá a comprobar todo lo que esté relacionado con el niño: sus juguetes, la habitación, la ropa. A la vez, puede sentirse algo intimidado por este, especialmente si el gato ya estaba primero en casa y se mostrará más cariñoso con sus amos cuando esté presente el pequeño.

Los animales tienen un sentido que hace que reconozcan que los niños son los más pequeños de la casa y, por tanto, más frágiles. Por lo que soportarán mucho más que el pequeño les coja la cola, estire sus orejas y le toque. Si bien, el gato intentará escapar de estos juegos y se esconderá cuando el niño grite y llore, algo asustado al no querer demasiado estrés ni movimiento en casa.

Aunque es paciente, el gato también mostrará su enfado. Para evitar que el gato pueda hacer algo de daño al niño con sus uñas, los padres han de estar muy presentes y tener especial cuidado con estas situaciones cuando el niño está realmente pesado. De alguna manera se intentará educar al gato para que no saque sus uñas cuando el niño esté presente.

Al gato, como al niño, le gusta jugar. A su manera, el gato correrá delante y detrás del niño, se esconderá y querrá tocar objetos que pertenecen al pequeño para interactuar con él. Aunque cuando tenemos bebés en casa, el gato no hará demasiado caso hasta que el niño sea algo más mayor, camine, se desplace y juegue. Cuando ya es mayor, el vínculo que se ha establecido entre mascota y niño es muy fuerte, llegando a adquirir total confianza.

Para ayudar en casa, es importante que de bien pequeños, enseñemos al niño a dar de comer y beber al gato, y a saber cuáles son sus costumbres.